NOS ARREBATARON
A NUESTRO PUEBLO
Mtro.Jogre Alberto Ponce Salazar
Entre el 24 de Febrero y el 27 de Marzo de 2013,
Pueblo Yaqui perdió la armonía de su vida y entró a la incertidumbre, la
incredulidad, el temor, la desconfianza y al triste mundo de la modernidad
del México que no queremos, que no merecemos.
Creció el temor por la seguridad de nuestros
hijos, de nuestra gente y empezó a hundirse la fuerza del orgullo por la
tierra, por el suelo, el cielo y sus colores mágicos.
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– 25 FEBRERO 2013
* Los hechos en la Zona Urbana de Pueblo Yaqui, las victimas fueron
acribilladas en el interior de un carro de color azul
Por Óscar Félix
EL REGIONAL DE SONORA.-Dos hombres fueron acribillados a balazos cuando se
encontraban en el interior de un automóvil tipo panel los hechos ocurrieron en
la Zona Urbana de Pueblo Yaqui ayer por la tarde.
El doble crimen con violencia sucedió exactamente por la calle 2 de Abril y una
de las victimas fue identificada con el nombre de José Carlos Arguelles
Anaya, de 25 años, Alías El Chore quien tenía su domicilio en calle 2 de Abril
entre Unión de Ejidos y 19 de Noviembre de la Zona Urbana posiblemente en el
No. 809 donde fueron los hechos
Así como Octavio Armando Cantu Félix, Alias El Bodoque, de 25 años de edad,
quien tenía su domicilio en calle José Hernández numero 819 de la Zona
Urbana
Se dijo que la mecánica de este nuevo crimen sucedió cuando un solitario
sicario arribo hasta donde estaban los ahora occisos para luego dispararles y
dejar herido a una tercera persona la cual fue trasladad de emergencia al
Hospital General de ciudad Obregón donde reportaron su estado de salud como muy
grave y el cual responde al nombre de Rafael López Román, de 24 años de
edad, Alias El Pitufo.
En las primeras versiones se precisa que el arma utilizada fue una
calibre .45 así como un arma de fuego al parecer de las llamadas AK-47 mejor
conocidas como Cuerno de Chivo
Para dar fe acudió personal de la agencia del Ministerio Publico del Fuero
Común en turno quien ordeno que los cuerpos fueran trasladados al Anfiteatro de
la Procuraduría General de Justicia en el Sur de Sonora.
Rafael López Román de 24 años (a) El Pitufo, es el lesionado quien fue
trasladado a un hospital local de ciudad Obregón donde se desconoce su
situación médica.
José Carlos Argüelles Anaya de 25 años (a) El Choy, falleció y.
Octavio Armando Félix de 21 años (a) El Bodoque, falleció y.
Se supo que la vivienda presentó más de 14 impactos de bala independientemente
de los encontrados en la unidad panel, por lo que se presume que al chofer lo
atacaron a través del cristal en la puerta con arma corta y a los acompañantes
con arma larga desde la parte posterior derecha al intentar escapar del ataque.
De los presuntos pistoleros no se ha revelado ningún dato.
JUEVES, 28 DE FEBRERO DE 2013 11:53
Este nuevo hecho
violento se registró a las 00:35 horas cuando Anguiano Agramón al parecer iba
con rumbo a su casa y en la calle Luis Cajeme fue interceptado por cuando menos
dos individuos que le dispararon con un arma calibre 40 y otra .223, proyectil
que utiliza el fusil R-15.
Por Javier
Camacho
TRIBUNA
El tercer hecho violento sucedido en los últimos
cuatro días en Pueblo Yaqui se registró la medianoche de ayer cuando
desconocidos asesinaron a tiros a Juan Carlos Anguiano Agramón, de 22 años de
edad, cuyo hecho fue por la calle Luis Cajeme, entre Alvaro Obregón y 10 de
Mayo, en la colonia Juárez Blancas, de donde los pistoleros huyeron.
Autoridades policíacas dieron a conocer que
cuando llegaron hasta donde se habían escuchado las detonaciones encontraron al
mencionado joven tirado y junto a él un arma de fuego, tipo escuadra, calibre 9
milímetros.
Aun con vida, Juan Carlos fue auxiliado por
paramédicos de la Cruz Roja que lo trasladaron al Hospital General, pero cuando
circulaban por calle Meridiano, a la altura de la 800, en el Valle del Yaqui,
dejó de existir.
Se dijo que el hoy occiso, quien vivía en la
colonia Campestre, en Pueblo Yaqui, presentaba varios impactos de bala en
distintas partes del cuerpo.
Este nuevo hecho violento se registró a las
00:35 horas cuando Anguiano Agramón al parecer iba con rumbo a su casa y en la
calle Luis Cajeme fue interceptado por cuando menos dos individuos que le
dispararon con un arma calibre 40 y otra .223, proyectil que utiliza el fusil
R-15.
LUNES, 04 DE MARZO DE 2013 12:10
En el mes de julio del
2010, Manuel de Jesús Castelo, a bordo de un trailer, provoco una persecución
policíaca que se amplió a varios municipios del sur de la entidad y la cual
culminó en la calle Meridiano y 1400, donde fue detenido y le aseguraron una
bolsa con droga.
Por Javier Camacho
TRIBUNA
La mañana de hoy asesinaron a Manuel de Jesús
Castelo Bojórquez "El chato Castelo", de 36 años de edad, al cual
desconocidos acribillaron con armas de alto poder en la calle 900 y Meridiano,
en la entrada oriente de Pueblo Yaqui, de donde los sicarios huyeron, al
parecer en dos vehículos.
En el lugar, agentes policíacos dieron a conocer
que el hoy occiso vivía por la calle Luis Cajeme, entre Gabriel Leyva y Aquiles
Serdán, en dicho asentamiento humano.
Indicaron que este nuevo crimen se registró como
a las 10:10 horas cuando Manuel de Jesús conducía una camioneta Dodge, tipo
Ram, de modelo reciente, la cual mostraba varios orificios de bala en el
cristal parabrisas y carrocería.
Después del crimen, los delincuentes se dieron a
la fuga, supuestamente en una camioneta negra y en un automóvil de color
blanco, hacía el oriente de la calle 900, con rumbo a la Norman E.
Borlaug.
En el lugar, peritos de la Procuraduría General
de Justicia en el Estado (PGJE) recogieron docenas de casquillos percutidos para
AK-47 (cuerno de chivo).
Agentes policíacos recordaron que en el año 2009
"El chato Castelo" estuvo procesado en el Cereso local por los
delitos de tentativa de homicidio en perjuicio de los agentes estatales Omar
Joel Valenzuela Valenzuela y José Arturo Manríquez Garibay.
De igual forma, en el mes de julio del 2010,
Manuel de Jesús Castelo, a bordo de un trailer, provoco una persecución
policíaca que se amplió a varios municipios del sur de la entidad y la cual
culminó en la calle Meridiano y 1400, donde fue
detenido y le aseguraron una bolsa con
droga.
Amanecimos un día con un helicóptero sobrevolando el Pueblo, decenas
de patrullas municipales y estatales llenaron
las calles del Pueblo…otro día las escuelas se llenaron de pánico, con
decenas de madres, padres y carros que bloqueaban accesos, con el propósito
de sacar desesperadamente a los hijos, ante los rumores de que habría
violencia en los centros escolares…
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– 19 MARZO 2013
* Las corporaciones policiacas realizaron un operativo en búsqueda de
los asesinos no hubo resultados
Por Óscar Félix
EL REGIONAL DE SONORA.-Ayer por la tarde volvió a surgir la violencia en
Pueblo Yaqui luego de que un joven fue acribillado a balazos y cuando la
víctima se encontraba en la vía pública.
El nuevo crimen sucedió en perjuicio de Gerardo Portillo Ayón,
quien falleciera cuando recibía atención médica en el Hospital General de
ciudad Obregón.
Portillo Ayón contaba con 24 años de edad, y tenía su domicilio por
la calle Jorge Galván de la zona Ejidal de Pueblo
Yaqui.
Se informo que el homicidio sucedió a eso de las 18:00 horas cuando la víctima
se encontraba por fuera de su domicilio, siendo en ese momento que llegaron al
lugar dos sujetos jóvenes, uno de los cuales disparó en una ocasión en contra
de Gerardo, impactándolo en el costado derecho, para posteriormente darse a la
fuga a bordo de un vehículo sedán, al parecer Jetta de color negro.
Luego de la agresión, el hoy occiso fue trasladado a bordo de un vehículo
particular a un hospital de esta población, llegando sin vida a dicho
nosocomio.
Personal de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del
Estado aseguró en el lugar de los hechos un casquillo percutido de arma corta.
Al lugar acudió el Agente del Ministerio Público del Fuero Común, quien ordenó
el levantamiento y traslado del cuerpo para realizar las diligencias de ley
Luego las corporaciones policiacas realizaron un operativo en búsqueda de los
asesinos no hubo resultados.
EL ahora occiso contaba con historial delictivo por el delito de robo con
violencia en las personas y/o en las cosas.
Los hechos violentos y las pérdidas
humanas, así como el dolor irreparable de padres, hermanos, familiares,
amigos y de la propia comunidad, provocaron una parálisis colectiva…
Se
convirtieron en indicadores de que lo que hasta hoy hemos hecho, no es
suficiente; se requiere reempezar, reiniciar la lucha y no callar ante la
carencia, la desatención de gobiernos, porque lo que no construimos se
convirtieron en vacíos para los jóvenes (deportiva, cultural y
ocupacionalmente), que se llenaron de ocio, vicios y amor deslumbrante por el
dinero.
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JUEVES, 28 DE MARZO DE 2013 07:00
Simultáneamente se
registran balaceras en Pueblo Yaqui y Plano Oriente, en el primer caso murió
una persona y otra más quedó herida y en la Benito Juárez otra más resultó
lesionada
Por Antonio Aragón Valenzuela
TRIBUNA
La violencia en Cajeme sigue incontrolable, cuando
anoche de manera simultánea en dos diferentes lugares se registraron dos
balaceras, con saldo de un muerto y dos lesionados, uno de ellos de gravedad.
En Pueblo Yaqui, alrededor de las 9:45 de la
noche, un solitario sicario, llegó hasta una peluquería, ubicada por la calle
Xicotencatl frente al Panteón Municipal y acribilló a balazos a una persona y
lesionó a otra.
El occiso fue identificado con el nombre de
Emmanuel Alejandro Verdugo Álvarez, quien contaba con 24 años de edad y tenía
su domicilio por la calle Orquídeas número 610 en la zona urbana Juárez
Blancas, quien recibió varios balazos de grueso calibre.
El lesionado, quien en esos momentos cortaba el
pelo al occiso, se llama Cristian Antonio Velázquez Gutiérrez, de 24 años de
edad. Recibió un balazo en mano izquierda y un rozón en mano derecha, quedando
internado en la sala de urgencias del Hospital General.
Asimismo y a la misma hora, fue baleado el de nombre
Carlos Alberto Castro Díaz, de 54 años de edad, quien tiene su domicilio por la
calle Cárdenas y Ejido en la colonia Benito Juárez. Esta persona recibió dos
balazos, uno en tórax y el otro en la espalda.
En torno a los hechos, se dijo que al domicilio
del lesionado arribaron varios sujetos, al parecer en un vehículo tipo sedan
Chevy de color arena, descendiendo uno de ellos, el cual iba encapuchado.
Seguidamente, llamó por su nombre al lesionado,
el cual al salir de su vivienda, fue acribillado.
En ambos casos, los presuntos sicarios se dieron
a la fuga con rumbo desconocido.
Los jóvenes han sido, son y serán siempre
solo víctimas de sus circunstancias; producto de las herencias culturales de
las generaciones adultas y de las atenciones limitadas de los gobiernos, en
la promoción del desarrollo económico y social que le corresponde…
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Es necesario reaccionar, reflexionar y en tal
sentido comparto mis consideraciones…
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Es
28 de Marzo del 2013 y al punto de las 9:30 de la noche, la inquietud no deja
que la tranquilidad llegue a nuestro interior que, incrédulo, ha sentido como
un desgarre el transcurrir de los meses de éste año, que por expectativas en
los nuevos gobiernos municipales y federal, se esperaba de resultados positivos
para un pueblo, que hoy es llamado Pueblo Yaqui, Sinaloa.
Durante el día observamos
patrullar a la policía municipal, “de respuesta táctica”, después de sucederse
una muerte más a manos de “un sicario solitario”, a la vez que alguien
comentaba con tristeza y coraje: “no les
dará vergüenza a los policías, que anden por un lado del pueblo y por el otro
les maten a uno más”.
La psicosis crece al
observar las torretas prendidas de patrullas por todos lados, como si fuera el
preludio de un enfrentamiento con narcotraficantes, con el clásico sonido
policiaco para detener a un bicicletero por aquí, una moto por allá, en tanto
que al fondo del bulevar Zapata, se
observan dos torretas encendidas más y en el transcurrir por Carrillo Puerto
aparecen tres más, que buscan elegir un carro para detenerlo, buscando como en
la narrativa de las novelas policiacas a quien asesinó a mansalva una noche
antes a un joven, “porque el asesino siempre regresa al lugar del crimen”.
El interior de los
ciudadanos se niega a aceptar la actualidad de Pueblo Yaqui, conocido, querido
y extrañado por su apacibilidad, tranquilidad, frescura, color a luz limpia,
amabilidad, olor a gente noble, trabajadora, solidaria, fraterna, humilde y de
espíritu guerrero.
El transitar por los
bulevares hace sentir que estamos dentro de las desesperantes calles del
Distrito federal; en las complicadas calles de las ciudades crecidas en la
anarquía urbana o en ciudades rápidas y temibles de la frontera con Estados
Unidos.
Parece como un ambiente
construido para un filme, con cientos de vehículos que acompañan las patrullas
y disfrutan su aullar, esperando que suceda algo que se pueda contar el día de
mañana, buscando ganar la primicia al vecino, al amigo o a los medios de
comunicación, que hoy confirmaron el sexto asesinado en lo que va del año, sumado
a cuatro personas desaparecidas de Pueblo Yaqui, con el agregado esperado: “los
asesinos se dieron a la fuga y aunque se montó de inmediato un operativo
policiaco, no hubo resultados positivos”, tampoco nadie vio, nadie anotó nada,
nadie supo nada.
La frialdad de los medios
contrasta con el dolor de los habitantes de Pueblo Yaqui, sobre todo porque son
familias del viejo pueblo la mayoría y porque son jóvenes a los que vimos
crecer con la normalidad propia de una
comunidad que sobrevivía a la vorágine del mundo moderno, que todo lo separa,
todo lo individualiza, lo atomiza y lo aísla, incluyendo a la familia misma,
haciéndonos recordar el tiempo nublado de Octavio Paz y su conclusión de que
irremediablemente la sociedad mexicana, transitaría por el túnel negro y
solitario de la modernidad.
En el interior nuestro,
recordábamos como al saber que una familia perdía a alguien, desataba siempre
el sentido solidario de la comunidad y la presencia en el velorio era siempre
nutrida y acompañada de personajes del Pueblo, que buscaban el café y el pan o
solo el café, para ponerle un “piquetito” de alcohol, para hacer más llevadero
el momento.
Siempre el comentario
general afirmaba que el difunto (a) “era muy bueno”, “siempre fue buena”, “todos
le queríamos mucho” y hasta el “nadie
como él”, como disculpando lo que pudiera tener de culpas y que el muertito
llegara al paraíso de Dios, borrando envidias, celos, corajes, egoísmos o
cualquier otra falta que humanamente tuviera quien dejaba de ser parte del
mundo viviente, concluyendo entre los presentes que nadie que moría era malo, “los malos teníamos
que pagar culpas” y en consecuencia duraríamos más años.
Hoy los comentarios se han
terminado y cada uno de los que acompañamos a un joven muerto en “manos de
sicarios”, preferimos callar, por temor a que alguien esté escuchando y por no
saber si es cierto o no lo que se murmura en relación con las autoridades, ante
hechos que a plena luz del día, cuestionan el funcionamiento de las policías
municipales y estatales, así como las estrategias de respuesta rápida a
situaciones que matan no solo el cuerpo de uno, dos o tres como recientemente
sucedió en la colonia México de ciudad Obregón, sino que matan a la sociedad
misma, a la comunidad, al colectivo que reaccionaba solidario y que hoy no sabe
cómo responder a lo inimaginable.
Amanecemos en el Pueblo y la
interrogante es ¿Ahora quién? y ¿Hasta cuándo regresará la paz?
Nadie quiere tener patrullas
municipales y estatales por doquier, porque atemorizan y molestan a quien nada
tiene que ver con los hechos ilícitos y penosamente tiene que atender un alto
policiaco, con torretas prendidas y llamados autoritarios en forma de sonidos
que paralizan momentáneamente, haciendo sentir que tal vez en algo se ha fallado
y que seremos detenidos.
Entendemos ahora lo inútil y
costoso que es el responder a la violencia con “acciones conjuntas”, con una
“pronta coordinación de los tres niveles de gobierno, para restablecer la paz”,
que se traduce en acciones de recorridos ciegos, alertas colectivas, sin punto
de referencia, como haciéndonos recordar que el sistema de prevención del
delito en México no existe en diseño, en idea y solo se reacciona ante hechos
consumados, sin inhibir la repetición de casos, ajustes de cuenta o situaciones
que suponen el control de la plaza, con resultados preconcebidos como supone la
voz y la inteligencia del pueblo.
Ante ambas realidades,
surgen dos grandes interrogantes: ¿Acaso el trabajo de inteligencia policiaca
solo existe en las películas? Y más complicado aún, ¿A quién favorece la
respuesta infructuosa, tumultuosa, desgastante de las finanzas públicas y
lastimoso en los valores de hombres y mujeres de bien.
Entendemos, ahora, porque el
sexenio 2006-2012 significó miles de muertes y un profundo recrudecimiento
de los hechos violentos, porque ahora los vemos en pequeño y con realidades
crudas, que desnudan la artificiosa vida de una comunidad que no tiene espacios
de recreación cultural y deportiva, acorde a las necesidades de una creciente
juventud a la que se abandonó ante las negativas influencias de los medios de
comunicación y el uso de tecnologías de la comunicación, “abiertas al mundo y
cercanas a nadie”, que alimentaron el hambre desmedida por el dinero, para
tener un auto y gastar sin medida con amigos o amigas, sin tener que esperar
que el dinero fuera producto de un trabajo diario, constante y formador del
valor mismo hacia lo que cuesta ganar un peso.
Tenemos que reconocer que
las opciones de trabajo son limitadas, cerradas a horarios completos, de baja
poder adquisitivo y desestimulantes para quienes concluyen una carrera
profesional, producto de una falta de
planeación y diseño de alternativas regionales, que alienten precisamente el
esfuerzo de quienes pertenecen y quieren seguir siendo parte de su lugar de
origen.
Ese camino lo entendimos las
generaciones que hoy vivimos los setenta, sesenta cuarenta años y muchos de menor edad, porque
nuestros padres nos heredaron el trabajo y la honestidad como principios
fundamentales de la vida personal y comunitaria; pero perdimos el cuidado hacia
las nuevas generaciones y las abandonamos ante los múltiples problemas de una
familia que perdió el pilar principal, ante la necesaria incorporación al
trabajo de la mujer, acompañado de otros factores que hicieron de la familia el
punto de encuentro formal, con desencuentros y aislamientos cada vez más
constantes, quitando a los jóvenes el ejemplo a seguir y dejándonos arrebatar lo más preciado de la
vida: nuestros hijos.
Mucho de la relación no
correcta, tuvo que ver también con el “querer dar a los hijos, lo que nosotros
no tuvimos”, sin enseñarlos a ganar cada centavo desde los cinco, siete o diez
años como muchos lo aprendimos, sin dejar de reconocer que los ambientes eran
otros y que podía confiarse el que un niño anduviera en la calle o en las casas
ofreciendo un producto (tamales, burritos de machaca, otros) o un servicio
(bolear zapatos); o en las calles mismas (vendiendo paletas) y en su momento en
las labores del campo.
La alternativa no son los
grupos de autodefensa como hoy existen en Guerrero, Michoacán, Chiapas y otros
Estados de la República mexicana, porque las leyes no se cumplen transgrediendo
la propia ley.
Es tiempo de asumir
responsabilidades:
*que corresponden a los
gobiernos;obra social, infraestructura deportiva, cultural, educativa y de
fomento al empleo;
*que corresponden a las
familias ;formar en valores y mantener la comunicación;
*que corresponden a
las escuelas, centros religiosos y otros;fortalecer los valores, la formación, la fe en un Dios y preparar para ser competente;
*que corresponde a los legisladores;leyes de transparencia
gubernamental, de ética pública; planeación regionalizado de interés público y
no de particulares; distribución equitativa de la riqueza; bases impositivas de
afectación mayor a quien tiene ingresos mayores; eficiencia y eficacia
gubernamental; entre muchos otros factores).
*que corresponde a la sociedad; humanizando su desarrollo, con equidad, igualdad, respeto al ambiente y ala vida misma; redistribuyendo la riqueza, para que termine la vida lacerante, dolorosa, cruel y ominosa de millones de mexicanos que sufren diariamente por tener que contar los centavos para alimentar a sus hijos, mientras que unos pocos malgastan los miles de pesos en paseos, comidas, bebidas y caprichosas compras de autos y residencias, en tanto que el trabajador vive cada vez peor, ante una sorda y ciega acción social, que se aleja de lo espiritual, de la esncia verdadera del ser humano.
A
TODOS CORRESPONDE UNA PARTE DE LA RESPONSABILIDAD, EL DERECHO Y LA OBLIGACIÓN
PARA DESANDAR EL CAMINO Y VOLVER A EMPEZAR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD
JUSTA.
A
LOS PUEBLOYAQUENSES (QUE VIVIMOS DENTRO O FUERA DEL PUEBLO), NOS CORRESPONDE
RECUPERAR LA NATURALEZA DE LA GENTE Y LOS COLORES MÁGICOS DE LA COMUNIDAD.
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