Construyendo La Historia De Un Pueblo Con Gran Historia

CONVENCIDO DE QUE LA HISTORIA LA HACEMOS TODOS, A PARTIR DE HOY ABRIREMOS UN ESPACIO A LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA DE PUEBLO YAQUI, PARA QUE DESDE DONDE NOS ENCONTREMOS QUIENES GUARDAMOS EL CARIÑO “AL PEDACITO”, COMO DICE DOÑA LIDIA SALAZAR DE PONCE, PODAMOS DEJAR COMO LEGADO A FUTURAS GENERACIONES EL CONOCIMIENTO DE SU PROPIA HISTORIA.

ESTA TAREA LA HEMOS POSTERGADO MUCHOS Y POR MUCHO TIEMPO. ALGUNOS,INCLUSO, QUE QUISIERON ESCRIBIRLA SON PARTE YA DE LA PROPIA HISTORIA DE ESTE NUESTRO PUEBLO, QUE TANTOS HIJOS TIENE EN MUCHAS CIUDADES DE LA FRONTERA CON ESTADOS UNIDOS, EN ESTADOS DIVERSOS DE LA REPÚBLICA MEXICANA, OTROS MAS EN ESTADOS DE LA UNIÓN AMERICANA Y TAL VEZ DE EUROPA.

EN LA MEMORIA COLECTIVA QUEDAN LOS NOMBRES DE LOS PIONEROS DE ESTAS TIERRAS Y DE AQUELLOS QUE COMO DON “ FITO RIVERA”, SE LLEVARON MUCHO QUE CONTAR Y QUE ESCRIBIR , O COMO AQUELLOS QUE HOY ESTÁN POSTRADOS COMO DON RAFAEL LERMA LIMÓN, EL QUE MUCH0S HECHOS NARRO “DESDE EL CORAZÓN DEL VALLE DEL YAQUI”.

ES UNA INVITACIÓN A QUE NARREMOS LA HISTORIA QUE VIVIMOS, QUE NOS CONTARON NUESTROS ABUELOS, PADRES O AMIGOS, ENVIARLA AL CORREO licponce1962@hotmail.com PARA INTEGRARLA Y HACER UN DOCUMENTO PARA LA HERENCIA CULTURAL DE NUESTRO PUEBLO.

SERA ENTONCES NUESTRA HISTORIA…PARA LA HISTORIA DE PUEBLO YAQUI, CAJEME, SONORA, CON LA FIDELIDAD DE FUENTE EN CADA COMENTARIO, FOTOGRAFÍA O DOCUMENTO… Y SOBRE TODO CON EL CALOR Y APRECIO DE UN AMIGO DE TODOS: LIC. JORGE ALBERTO PONCE SALAZAR.



2 feb 2012



COBACH PUEBLO YAQUI
Mtro. Jorge Alberto Ponce Salazar
ANTECEDENTES

En 1978 abre sus puertas educativas la Escuela Preparatoria de Pueblo Yaqui (EPPY), con servicio educativo a la comunidad hasta el año 2002, en cumplimiento cabal a la encomienda social asumida por u
n patronato, que mantuvo responsabilidad y espíritu de servicio, permitiendo el desarrollo profesional y personal de 12 generaciones egresadas de ésta Institución educativa, reemplazada por el Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora, para pasar de ser una escuela por cooperación a una escuela pública, con derecho a presupuesto anual e integración de una base laboral estable.
El COBACH inicia actividad académica el 17 de Septiembre de 1990, en las actuales instalaciones de la Escuela Secundaria Benito Juárez No. 23, durante el periodo del Señor Ildefonso Vega Portillo, como comisario municipal, quien participó en las gestiones de la comunidad, siendo Director General de COBACH el Lic. Luis Montaño Lagarda, trabajando solo el primer semestre, permitiendo que la EPPY concluyera el egreso de alumnos que en el ciclo escolar 1990-1991 cursaban su tercer y quinto semestre respectivamente.




La primera generación estuvo integrada por 207 jóvenes provenientes de los Campos 5, 16, 47,104 Atotonilco y egresados de las Escuelas secundarias Lic. Benito Juárez No. 23 y Técnica No. 48 de la localidad, mismos que estuvieron representados en la figura bella de Yesica Tapia Parra, convertida y reconocida como primera Reina del Cobach Pueblo Yaqui.
Hasta el cierre del ciclo escolar 2008-201, con la décima octava generación y 21 años de trabajo continuo del Plantel, se ha cumplido con el egreso de poco más de 2500 alumnos, con un trabajo crecientemente cualitativo en la formación de jóvenes destacados en lo académico, lo deportivo, lo cultural y social, cumpliendo con la misión de formar jóvenes con capacidad de continuar sus estudios superiores, integrarse al mercado laboral y ser ciudadanos con formación cívica y ética.


Personal Docente fundador
Álvarez Preciado José Luis
Armenta Ramírez Ramón

Castro Gutiérrez Gabriela
Cruz Ozuna Raúl

Gastélum Castro Susana Elizabeth
Haro Ramírez Rosalinda
Morales Ruíz Jesús A.

Piñón Medina Laura Elena
Ponce Salazar Jorge Alberto
Rueda Serrano Paula
Torres Urías Rosalba
Vega Zazueta Jesús


Personal Administrativo y de servicios
Astorga Astorga Gregorio (vigilante)
Cerecer Montaño Clarissa (Secretaria de Dirección)
Escalante Ramírez Juan Manuel (vigilante)
Reyes González Francisca (Mecanógrafa)
Salmerón Castillo María Dolores (Cajera)
Quintero Bernal Dora Elena (Jefa de Escolares)
Víctor Ibarra Espinoza (Prefecto)


La Dirección del Plantel ha tenido responsabilidad temporal siguiente:
Prof. Manuel Humberto Galindo Duarte_________1990- 1995
Lic. Jorge Alberto Ponce Salazar_____________1995- 2000
Prof. Nahúm Franco Gómez _________________2000-2003
Dr. Manuel Morales Aguilar _________________ 2003-2005
Ing. Mónica Guadalupe Montes Romero________ 2006-2008
Lic. María del Rayo Muñoz Rueda_____________2008-Actual


La subdirección del Plantel ha tenido responsabilidad temporal de:
Lic. Jorge Alberto Ponce Salazar______________ 1994-1995
Lic. Luis Fernando Valenzuela Jiménez_________ 1996-1996
Ing. Víctor Manuel Castelo López______________ 1997-1997
Ing. Mónica G. Montes Romero________________ 1997-2006
Lic. María de los Ángeles Olguín Quijada_________2006-2008
Lic. Guadalupe Gil Corral______________________________2008-2009
Lic. Sandra Luz Izaguirre Fierro_________________________ 2009 - Actual



Personal docente actual (Ciclo escolar 2011-2012 N)
Álvarez Preciado José Luis
Álvarez Zamora Alma Lorenia
Bórquez Olguín Eligio

Castelo López Marco Antonio
Castelo Torres Alma Lorenia
Cruz Osuna Raúl

Domínguez Ibarra Jorge Ariel
Duarte Gil Marcelo
Fox Cantú Karen

Leal Almanza Mónica
López Luis Manuel
Meza Rodríguez María Angélica

Miller Vázquez Miguel Efraín
Montes Romero Mónica Guadalupe
Muñoz Amparano Carolina

Muñoz Rueda Juan Felipe
Muñoz Rueda María de Jesús
Piñón Medina Laura Elena
Ponce Salazar Jorge Alberto
Rueda Salazar Paula

Talamante Mendívil Alba Patricia
Valdez Cerda Rosa Idalia
Vega Félix Luis Alberto



Terreno propio y construcción no aceptada.
Logradas las gestiones de un terreno para construir edificio propio para el colegio, se entrega por parte del Ayuntamiento de Cajeme, con participación del Ejido Yaqui, un terreno colindante a la población, con ubicación en Emiliano Zapata y Luis Cajeme, salida Oriente, con una superficie de 4.2 hectáreas, requisito fundamental para que CAPFCE pudiera iniciar la construcción de lo que sería el edificio propio del Colegio.
Los trabajos se desarrollaron desde principios de 1991, de manera que para la apertura del ciclo escolar 1992-1993 se contaba con ocho aulas, un laboratorio, baños, área administrativa y un espacio para el desarrollo de actividades deportivas, con características semiurbanas pero finalmente edificio propio.
Lamentablemente a principios de Julio del mismo año se sucedieron lluvias torrenciales en el valle, que provocaron la saturación de los afluentes de desfogue naturales (canales y drenes), que terminaron por desbordar sus aguas hacia los terrenos contiguos y posteriormente hacia las comunidades pobladas.
Las casas en Pueblo Yaqui tuvieron a su interior un metro de agua con afectaciones a muebles, paredes y a los habitantes mismos;
en tanto los edificios construidos para el Colegio de Bachilleres, por no haberse levantado el nivel de la construcción a la altura de la carretera de la calle 9, sufrió inundación mayor y de manera inmediata se cayeron pisos y paredes.
La obra no la aceptó el Colegio y se inició el derrumbe de toda la construcción, para dejar ahí la unidad deportiva, integrada por una pista de atletismo con medidas oficiales, ocho carriles y un campo de fut bol soccer, que hasta la actualidad de mantienen en uso, tanto por los alumnos del Cobach como por los habitantes de la comunidad, que caminan, corren y hacen deporte.




UBICACIÓN DEFINITIVA DEL PLANTEL
Desde 1992 el Plantel se ubicó en el actual domicilio de Lázaro Cárdenas y Sarabia, ocupando las antiguas instalaciones de la Escuela Primaria Lázaro Cárdenas ahí asentada, hasta transformar la estructura física y equipamiento didáctico de laboratorios y aulas, para brindar una educación de calidad a sus estudiantes.
En 1995 incorpora un área nueva con laboratorios de química, física y cómputo, así como baños para alumnos y seis aulas para el trabajo académico, estableciéndose en definitiva en tal lugar, a la vez que construye su unidad deportiva en un terreno donado por el ayuntamiento, ubicado en calle Emiliano Zapata y Unión de ejidos, con pista de atletismo y campo de futbol soccer, que pone al servicio de la comunidad, para el ejercicio de adultos, juego competitivo de jóvenes y actividad deportiva de las escuelas.
Históricamente sus maestros y alumnos han destacado en concursos académicos, ganando primeros lugares en Matemáticas, Química, Taller de Lectura y Redacción, inglés, Historia de México, Física, Biología y Capacitaciones.
En lo deportivo han conquistado glorias en beisbol, básquet bol, y Fut Bol Soccer, con mención especial del reconocido papel en Torneos Estatales del equipo de Fut Bol Americano de Tiburones del Cobach, con dos décadas de logros.
En Ajedrez los logros han sido Nacionales, así como destacadas las participaciones en convocatorias de Escoltas y Bandas de Guerra, con un ejemplar trabajo del Grupo de Danza “Yoris”, que ha repetido triunfos Estatales en Concursos Culturales del Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora.
Los vínculos con la comunidad han sido estrechos y cada vez más sólidos, con el desarrollo de campañas de limpieza, apoyos a Cruz roja, festejo a las madres colecta de juguetes y despensas para familias de escasos recursos, apoyos por desastres naturales y de manera particular con el FESTIVAL DE “SONORA Y SUS TRADICIONES”, que por nueve años consecutivos se realiza con y para la comunidad, para compartir el sabor, el olor, el color y sobre todo el amor a SONORA.



REINAS DEL ESTUDIANTE:
Yesica Tapia Parra (1991-1992)
Mónica L. Tejeda Carrizosa (1992-1993)
Carina L. Cruz Franco (1993-1994)
Mariela Portillo Ayón (1994-1995)
Gloria A. Estrada Marón (1995-1996)
Mireya Coronado Anaya (1996-1997)
Mildred Montenegro Leyva (1997-1998)
Karina E. Barraza Valenzuela_ (1998-1999)
Brisa Marina Franco Garibay_ (1999-2000)
Rocío del Mar Franco Garibay (2000-2001)
Macrina Pérez Valdez (2001-2002)
Magali Soto Acevedo (2002-2003)
Esmeralda Cañedo Macías (2003-2004)
Silvia Guerrero Fuentes (2004-2005)
Angélica Lozano Urías (2005-2006)
Fernanda Lastra Figueroa (2006-2007)
María Soledad Osuna Sonoqui (2007-2008)
Yesica Castro León (2008-2009)
Lourdes María Gastélum Pablos (2009-2010)
Viviana Lugardo Domínguez (2010-2011)

31 ene 2012

SR. Teodoro Salido Gallegos


SR. Teodoro Salido Gallegos


Mtro. Jorge Alberto Ponce Salazar



Nació en Bacobampo el 29 de Octubre de 1914 y cuenta en la actualidad con 97 años de vida.

Llegó a Pueblo Yaqui en 1923, cuando apenas tenía nueve años, “había unas cuantas casitas y todo era puro monte”.

Se casó en 1940 con Balvaneda Agüero Hurtado, con quien procreó cinco hijos:

Ø María de los Angeles Salido Agüero (70 años)

Ø Gloria Yolanda Salido (67 años)

Ø Armida Salido Agüero (63 años)

Ø Eziquio Salido Agüero (fallecido en 2008)

Guarda recuerdos gratos de verdaderos líderes campesinos como PASCUAL AYÓN, BENEDICTO MIRANDA Y JUAN BARRERA, así como de la visita personal que hizo el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, en calidad de Presidente de la República mexicana, años después del reparto de tierras en el Valle y del nacimiento del Ejido Yaqui, el 31 de Octubre de 1937.

Recuerda haber participado en el desalojo de maquinaria de los predios agrícolas afectados, pertenecientes a Federico Boiler y manifiesta su gran satisfacción de “trabajar la tierra y cosechar algo propio”.

A su memoria llega el nombre de CARLOS ALVAREZ, primer presidente del Ejido Yaqui y los comisarios CAYETANO SOTO Y LORETO ARMENTA, en los tiempos en que predominaba el trabajo de los chinos.


MARTÍN LUGARDO MÁRQUEZ








SR. MARTÍN LUGARDO MÁRQUEZ



Mtro. Jorge Alberto Ponce Salazar




FALLECIÓ EL 30 DE ENERO DE 2012



Originario de Chapala, Jalisco, se convierte en avecindado de Pueblo Yaqui desde sus primero años de vida, integrándose a las labores del campo a pronta edad, naciendo el amor por la tierra que lo cobijó y le permitió conocer su destino, al contraer matrimonio con la señora María Beltrán Ramírez (fallecida en el año 2005), con quien procreó cuatro hijos:

Adolfo Lugardo Beltrán

Modesto Lugardo Beltrán

Bernardo Lugardo Beltrán

María Ofelia Lugardo Beltrán

Descansan también, sus hermanos: Baudelio Lugardo Márquez, José Lugardo Márquez y Alfredo Lugardo Márquez.

En plática personal del 8 de Noviembre de 2011, Don Martín recordaba que al llegar con su familia al lugar donde vivió, esquina Serdán y Francisco Madero de Pueblo Yaqui, encontró algunas familias en el primer asentamiento o zona ejidal, entre las que se encontraban Don Chemali Ruíz, Alfredo Cañedo, Felipe Fuentes, Julio Soltero, Juan Larios, Jorge Eliez, la familia Camacho, los Murrieta, entre otros.

A su memoria llegaron los nombres de algunos comisarios, como Don Loreto Armenta, Manuel Verduzco y Roberto Ibarra.

Eran tiempos en que se pagaba el diario a $2.00 por los jornales del campo y para trasladarse a Obregón, lo hacían en una carcanchita que les cobraba 5 centavos.

Narra que al inicio del ejido se empezó a batallar mucho y con una piola empezaron a medir las tierras que se repartirían, alentados por Pascual Ayón, Jesús Caballero, josé González, Adolfo Millanez y Jorge Galvez..."ellos eran buenos dirigentes, aunque tuvieron diferencias y después dividieron el ejido, naciendo así el Ejido Lázaro Cárdenas, con la dirigencia de Jorge Galvez, Emeterio y Pancho Ochoa".


9 ene 2012

PERSONAJES EN LA HISTORIA DE PUEBLO YAQUI

PERSONAJES EN LA HISTORIA DE PUEBLO YAQUI


Mtro. Jorge Alberto Ponce Salazar

Pueblo Yaqui, Sonora. Diciembre 29 de 2011.

Toda colonia, barrio, sector o comunidad, registran en su memoria histórica a personajes que, por cuestiones de nacimiento o por daños cerebrales hacen que la vida rutinaria cambie, por el entretenimiento o los miedos que provocan tales personajes. En algunos casos cuenta la gente que “les echaron algo en la comida”, “le dieron un brebaje que lo volvió loco” o de plano: “fumó mariguana”, hasta llegar al: “se quedó arriba”.
Todos dejan buenos recuerdos en los pobladores y no causan daño alguno, por lo que se les recuerda con cierto cariño, como si fueran hijos de todos y significaran amuletos de buena suerte, para mantener la alegría que hace menos tristes los malos momentos, guardando algunas frases de cada uno de ellos, por la ocurrencia que reaviva precisamente nuestros pensamientos.
Recordar en estas fechas decembrinas a los personajes de Pueblo Yaqui, ayuda en el regocijo humano que debe sobreponerse a los recuerdos negativos o dolorosos.
Nuestros padres tienen recuerdos de “NICASIO” y la “CHAPETEADA” y a la memoria nuestra llega la figura de la “LOLA CALOLA” a quien hacíamos enojar para que nos correteara y lanzara tremendas piedras que pocas veces golpeaban, porque corríamos fuerte o porque realmente no tenían la intención de dañarnos.
Aquellos que en la adolescencia vendimos paletas de hielo y teníamos que madrugar para que no nos ganarán los carros, recordamos a “LENCHO PELÓN”, a quien José el encargado de administrar el negocio le picaba la cresta, diciéndole que le queríamos ganar su carro, provocando un iracundo coraje que terminaba en gritos y en algunos momentos en manotazos débiles, porque se congelaban nuestras manos al estar sacando las paletas y ponerlas en la caja para contarlas, antes de meterlas al carrito que empujábamos para transitar en las calles, con el cántico de “PALETAS, NIEVES, CREMAS Y ESQUIMALES”.
Lencho era muy rápido en su caminar, por problemas en sus pies, y aunque gritaba poco sabía a dónde llegar para vender, mientras que algunos nos íbamos hasta las comunidades del Campo 47 o Campo 16, llevando arriba del carrito a un hermano o hermana para hacer curvas en la carretera y luego un tremendo frenón para tumbar a quien cargábamos. En lo personal recuerdo una ocasión en que subí a Griselda mi hermana menor que yo y empujaba cada vez más fuerte el carrito al escuchar las carcajadas de alegría de ella, cuando de pronto agarramos un ladrillo con la llanta del frente, cayendo ella entre piedras y tierra de frente y sin defensa alguna. Ella ganó raspaduras en su nariz, una tremenda empolvada y yo un tremendo regañón de mi madre.

Cuando empezamos a dar “bola” para seguir ayudando a la numerosa familia a la que pertenecíamos, donde el que menos tenía eran ocho, como fue el caso de la nuestra, conocimos al “HUESITOS”, un hombre sumamente delgado que tenía un cajón para lustrar zapatos grande, desde donde sacaba lo necesario para inventar combinaciones de crema, grasa y tintas para lograr un relumbrón ejemplar con los que presumía ante el resto de los boleadores, que al acercarnos a su territorio recibíamos gritos, palabras no amistosas, piedras y agresiones del huesitos que consideraba que el Bulevar Zapata, entre Carrillo Puerto Y Madero era de su propiedad.
Eran los tiempos de otro célebre personaje del pueblo conocido como “EL CANITO”, a quien gritábamos…cano, canuncio… ¡lo tiene sucio! Y se armaba la remolinera, con un corredero de chamacos, porque Canito agarraba lo que podía en sus manos para golpear al que alcanzara. En muchos momentos de esos tuvo éxito y nos daba tremendas pedradas, que creaban un terror después, sobre todo cuando había grandulones que nos agarraban del cuerpo para no correr y esperaban que Canito estuviera cerca como si nos fuera a agarrar con sus manos.
Llegados los tiempos de pizca del “oro blanco” aparecía “EL KIKÓN”, quien al igual que miles de trabajadores golondrinos originarios de Oaxaca, Nayarit, Guerrero y Sinaloa seguían la temporada algodonera pasando por el Norte de Sinaloa, Valles del Yaqui y Mayo, para seguir al Valle de Empalme y Costa de Hermosillo, hasta llegar a la Baja California Norte.
El Kikón era un hombre grande, de joroba pronunciada, cabello largo, hombros alargados, piernas delgadas y de pie gigante, con una primera impresión impactante, quien cargaba en su hombro una zaca de ixtle para que soportara el arrastre entre los suelos surcados bajo algodones que rebasaban la altura del más grande de los pizcadores.
Causaba miedo de verdad cuando el Kikón se enfurecía y la emprendía contra quienes no le dejábamos dormir la siesta, acostumbrada por todos los pizcadores para dejar pasar el calorón de medio día y reponer fuerzas, de manera que de tanto gritarle y tirarle piedras en donde dormía, de pronto aparecía por entre los árboles de la vecina con su grande humanidad, cual si fuera un lobo tras de su presa, para provocar una desesperad estampida entre los traviesos, con la fortuna de que por no haber cercos en los domicilios nos poníamos fuera de su alcance, más por el miedo que por lo rápido para correr.
Eran tiempos buenos también para “DON BASILIO” que se movía en una carreta jalada por uno o dos caballos, para ofrecer sus frescas paletas de hielo dentro del Pueblo y en los lugares donde había una pizca de algodón cerca, haciendo una tradición el cambio de botellas de caguama por paletas, única manera de sobrevivir por la dificultad para enderezar su cuerpo, producto de alguna enfermedad como la artritis, que le engarrotaron las manos, piernas y cuerpo, de manera tal que apenas sostenía las riendas de sus nobles animales. Al momento de bajar de su carreta se convertía en un jorobadito, que obviamente enojaba si alguien se acercaba a verlo.
La llegada de la cuaresma y con ello la visita de los llamados fariseos, recrea siempre en la memoria de muchos la vida de “EL CHILTEPÍN”, Don Jesús Sotelo quien parecía tener contrato con ellos, porque en cuanto aparecían por el cruce de la Avenida Sedán y Pascual Ayón se mal asomaba, cuando ya le caían con sus enormes lanzas, vestidos con su típica indumentaria adornada con capullos de mariposa y el cuerpo arropado por enormes cobijas, como si el peso fuera parte de la manda que se ofrece, acompañado de máscaras con caras distorsionadas de venados, perros o coyotes, así como de sonajas, tambores y cuchillos de madera.
Don Jesús era sumamente corajudo y nos lanzaba piedras, ladrillos o lo que pudiera agarrar, cuando buscábamos comernos las guayabas del solar donde vivía o cuando por traviesos le gritábamos Chiltepín, pero a los llamados también chapayecas les tenía pavor, como si su inocente humanidad les observara como seres venidos de otro mundo, por lo que mejor subía a los guayabos, hasta donde trepaban los fariseos y empezaban a picar con su lanza a Don Jesús Sotelo, que se ponía rojo de coraje, miedo, incredulidad y pavor. Así vivió hasta el último año de su muerte Don Jesús, con miedo a los fariseos y nosotros con miedo al Chiltepín.
Los fumadores de juventud recordamos a un hombre vagabundo por excelencia, que lo mismo aparecía en un lugar que en otro, a quien todos llamábamos “EL CHITOLE”, que repetía mucho todo lo que hablaba y lanzaba saliva constantemente, buscando siempre un lugar donde hubiera café, cigarros, galletas, hasta donde llegaba con su frase que por años se repitió en el pueblo: PASA, PASA…de manera que cuando queríamos un cigarro, café, galleta o cualquier cosa que se pudiera compartir, todos decíamos…pasa, pasa…dijo el CHitole, de quien creemos recordar murió en atropellamiento por un carro fantasma.
Las mujeres recuerdan mucho a “LA HERMINIA” que se acercaba a las secundarianas de los setentas y ochentas, como para sentirse parte de la juventud hermosa, con quienes presumía una linda sonrisa, acompañada de un supuesto y elegante peinado, cual princesa del valle que le vio nacer.
Cuentan en la actualidad las jóvenes de aquél entonces, que no hacía ningún daño, pero su aspecto físico y el saber que estaba enferma de sus facultades mentales, les provocaba miedo cuando llegaba y se sentaba a un lado de ellas, pero por no parecer groseras platicaban con ella y hasta cantaban el pajarillo.
Otro caso peculiar e interesante de recordarlo con cariño y respeto es el de “CHUY LOCO” quien a pesar de tener una enorme fortaleza física, en su inocente vida gustaba de pintarse los labios para corretear a los muchachos y muchachas e intentar besarlos, como si el propósito sólo fuera mancharlos de pintura labial, pero a quien se le acercaba se le hacía que le iba a dar una mordida con sus gruesos labios o que lo iba a agarrar con sus grandes manos y ya no lo iba a soltar.
Vivió durante mucho tiempo en la segunda colonia de Pueblo Yaqui, la Campestre y correteó a cientos de niños y adolescentes, hasta que en uno de sus ataques epilépticos cayó en una fosa con agua y ahí murió.
El aficionado al beis-bol de camiseta, llamado así porque lo que el sueño mayor del adolescente y el joven, era el llegar a vestir el uniforme del “YAQUIS” o “YANQUIS” de Pueblo Yaqui, en una liga interejidal amateur, que jalaba a los cientos de hombres y mujeres de la comunidad. Orgullosos de ver a sus hijos o nietos en las enormes jugadas, barridas o batazos compensados por el aprecio familiar y el reconocimiento de toda la comunidad. Los tiempos de la sociedad misma y el cotizar cada actividad del hombre, provocarían entrado el Siglo XXI la pérdida de valores deportivos y con ello el alejamiento del aficionado orgulloso de su jugador o de los jugadores de su pueblo y darían paso a la presencia de apostadores.
En el valor y las glorias deportivas, se recuerda la figura de “EL CAPALO” como el aficionado mayor por acompañar siempre y mantener entretenida a la afición con sus poses y frases originales como: “AL BAT…ANTHONY CAPALO”, “SE PRENDE DE DOÑA BLANCA”, “LA BOLA SIGUE, SIGUE Y SIGUE…Y SE FUE MUCHO A LA CHIN...”algunos le atribuyen incluso la frase de: “DÍGANLE ADIOS A DOÑA BLANCA”, entre otras como “VUELA PALOMITA VUELA”.
Cuenta la población que necesitaba “poca gasolina para arrancar”, porque su mal era el alcohol y sólo bastaba un poco para escucharle decir al ampáyer “CANTA, PAJARITO CANTA” y obviamente no había quien resistiera la carcajada.
Los tiempos en que se promocionó el Box en Pueblo Yaqui y el Valle, lo subieron a los cuadriláteros para enfrentarse a la jaiba manjarrez de Ciudad Obregón, en al menos un par de ocasiones que llenaron de risa y carcajadas la improvisada arena de box, en canchas contiguas al casino social.
Inolvidable la figura desnuda, de un cuerpo no atlético, con un corazón grande y el pensamiento de cuántas caguamas se iba a tomar con la ganancia, de un capalo que tiraba sólo golpes de ejidatarios, sin asestar a una jaiba manjarrez aficionado a los encordados y seguidor de los peleadores locales.
“INDIO PERRO” terminaría diciendo el peleador local, para buscar escabullirse de los golpes de su enemigo y esperar que la campanada le salvara de un golpe mal dado, porque veía lo duro que tiraban sus hermanos “El Chino” y “El Many Zavala”, pertenecientes a ésa pléyade de boxeadores entre los que se encontraban “El piochas Romero”, “julio Antillón”, “Manuel Amezcua”, “Samuel Castelo” y otros que hacían atractivas las carteleras periódicas que disfrutaba la afición del deporte del cloroformo, bajo las fintas del Zorro y del Azteca que movían sus brazos por inercia y con mucha enjundia. El estimado Capalo, hasta el final de sus días, arrastraría la mayor de sus aficiones: el alcohol.
Muchas generaciones recuerdan en condiciones diferentes al famoso “FAUSTO”, llamado el bola de humo porque se dedicaba a lanzar pelotas invisibles, sobre la banqueta de la terminal de autobuses foráneos, atrayendo la mirada de simpatía de todos los ciudadanos y ganando el pan que se compraba en la tradicional carreta de las empanadas de calabaza calientitas o del pan que se traía de Obregón. Tomaba lo que le daban Fausto, sin dejar de poner atención en su juego y cantar el…strike.
La generación de los sesentas habla de un Fausto ecuánime, elegante para vestir y excelente bailador, de manera tal que siempre asistía donde hubiera ruido, para mostrar sus simpáticos dotes bailarines y ganar el aprecio de la gente que lo estimó hasta el último momento de su vida, encargándose de darle santa sepultura a su muerte por la orfandad familiar en que quedó, con cooperaciones de vecinos solidarios.
Cuentan que perdió la razón al comer “algo” que no era para él, sino para un familiar muy cercano a él, iniciando su peregrinar ante la vida y recorriendo cientos de kilómetros a pie, como si hubiera perdido algo, como si quisiera encontrar el camino perdido, recorriendo el valle del yaqui incansablemente. No olvida la gente tal hecho, porque cuando lo alcanzaban en un carro y le decían: ¡súbete Fausto¡ a lo que él respondía: VOY DE PRISA…y no aceptaba el raite.
Otra frase utilizada por los miembros del pueblo en circunstancias diversas, fue producto de la creatividad de Fausto, al momento que le preguntaban cómo estaba y él respondía “SOMOS MUCHOS”, describiendo a su interior el crecimiento poblacional acelerado los setentas o tal vez recordando un pueblo plácidamente tranquilo que le tocó conocer, al dormir en un catre fuera de su casa, con los pantalones colgados en una silla, sin que nadie buscara robarle, como adivinando las complicaciones que se vendrían por ser una sociedad mal organizada, con una pésima distribución de la riqueza.
Se considera esa posibilidad a raíz de que “Fausto fue el primer hombre que sembró camarón” en la región, en los tiempos que para muchos era inimaginable la siembra del camarón, conocedores todos de los cultivos en tierra de trigo, soya, algodón, maíz, cártamo, entre otros, pero no de camarón, de manera que se tomaba como un comentario salido de la locura de Fausto, que al poco tiempo fue todo una realidad y transformó ecosistemas, playas y economías. Al momento de preguntarle a dónde iba, Fausto respondía con su frase de “A SEMBRAR CAMARÓN”, a la que agregaría tiempo después “LA PLAGA DEL PICAHIELO”, como causante de los malos tiempos.
En ciertos momentos de sorpresiva reacción, al momento que le regalaban plátanos o pan, cuentan que pedía leche para que no se le atorara, logrando completar un exquisito platillo, que llevaba al lugar que lo vio morir, en Pascual Ayón Norte.
Siguen presentes entre nosotros algunos personajes como “EL MAJOMAS”, que en la primera actividad que le conocimos para mantenerse económicamente, llenaba el carrito de paletas y enseguida lanzaba a la calle un grito propio: DE LECHEEEE, hasta vender lo que permitía la ganancia necesaria del día.
La residencia particular nunca ha sido estable y ha deambulado de un lugar a otro, aunque los últimos años permanece en un lote de la Colonia Mártires de San Ignacio, conocida popularmente como Kuraica, por haber sido la familia que vendió el terreno contiguo al casco del pueblo, ubicada en la salida Norte, convertida en la sexta colonia de la comunidad que, agregando la Zona Urbana y la naciente colonia Nueva Creación muestra crecimiento poblacional constante, sin que se retome el crecimiento urbano merecido por los distintos niveles de gobierno, a pesar de que data del año de 1895 su origen como núcleo poblacional.
Los últimos años de vida del Majomas han tenido como base de sostenimiento el bolear zapatos, con su típico saludo de “HERMAAANOOO”, complementado por la voluntad de gente que le aprecia y con su presencia continua en aquéllas casas donde se vela a un muerto, a quien le llora aunque no lo conozca y acompaña el café con los dolientes.
Las juventudes ubican a “EL MONINAS”, a quien gustan hacer enojar y a “MANUEL AYALA” o el LOCO MANUEL, que tiene un particular comportamiento con la gente del pueblo, pero sin representar peligro alguno.


8 ago 2010

VERANO EN EL VALLE

VERANO EN EL VALLE DEL YAQUI



Jorge A. Ponce Salazar


El mes de Julio rompe con la vida ordinaria y tolerable, que permite cumplir-entre otras tareas- con la actividad escolar en el nivel satisfactorio que cada escuela, cada profesor, cada alumno, familia y autoridad educativa se prepara para hacerlo.

Los tiempos en el Valle han cambiado e impactado a las escuelas donde antes se estudiaba mañana y tarde, con el sólo fresco del aire campirano, juegos permanentes en los patios y constante juegos de básquet y voli bol en las canchas, donde los propios maestros hacían sus equipos para jugar una "reta" a sus alumnos o integrarse a los equipos que amigablemente jugaban, apostando el refresco en la caseta, con sabor a dulce victoria.


Hoy los patios están sucios, llenos de piedras y sin rastro de que se hubiera instalado una portería de madera, fierro, ladrillo o botellas; ni tampoco huellas del constante correr alegre de los niños, que raspaban sus rodillas y rompían sus pantalones, a los que ponían un pedazo de tela que duraba todo lo que la necesidad familiar así lo exigiera.


Las canchas no mantienen el repintado de los límites del juego, que regulaban lo que queríamos practicar, sin ser llamados o regañados por un maestro, ni por tener la obligación de cumplir un objetivo escolar, sino que nuestra ansiedad estaba llena de lo humano, ante la necesidad natural del ejercicio físico, gustoso por demostrar que se puede, aunque pocos conocíamos con profundidad las reglas.




El fútbol Soccer por su rudeza era poco practicado por algunos jóvenes que preferían lucirse en el básquet y el voli bol, donde cuidaban mejor sus apellidos, incursionando eventualmente en el beis bol y atletismo, donde el grueso de los jóvenes procedíamos de familias que vivían del trabajo de la tierra y con poca fortuna social, que sentíamos que podíamos conquistar la gloria si corríamos fuerte, metíamos goles, más carreras sobre el plato o vencíamos la mejor marca regional en los 100 metros.


Más allá de la escuela y dentro de las canchas y campos deportivos, nuestra memoria grabó para siempre los nombres de profesores como Sigifredo Valenzuela, Rubén Olea y Manuel López, que compartieron sus aprendizajes deportivos y sobre todo su Don de gente humilde, su ser de maestro respetuoso y respetado.

Nuestros maestros de primaria y secundaria (no había preparatoria) eran respetables y de respeto, por que vivieron su vocación de ser docente en conciencia plena de que el maestro enseña mejor con el ejemplo, como formadores de generaciones a las que les cumplieron con creces y que mucho tienen que agradecerles el nunca haber dudado que eran una autoridad, ante el desarrollo de la niñez y la juventud que se dobla o se forja para siempre con equilibrio, orden disciplina, iniciativa, respeto a sus semejantes y al medio; con valores personales firmes que lo harán un gran hombre y excelente mujer.

Actualmente no es posible decir que alguien que no respeta a los mayores o a su medio ambiente es un niño o joven falto de escuela, porque hasta el sexo femenino estudioso es parte de la comunicación agresiva y uso de un lenguaje muy florido que, en la calle, la escuela, la cancha, centro recreativo, el antro y hasta en el seno de algunas familias, se manifiesta tan naturalmente que ya no asusta a nadie.





La situaciones, sin embargo, no son originadas en el ser infantil y juvenil, porque unos y otros sólo responden al desarrollo imitativo del ser humano, de manera tal que los adultos con cierto tipo de prácticas poco integradoras de la familia y con la actitud permisiva e inconsciente, hemos entregado a nuestros vástagos a las influencias de un sistema de tecnologías de la información y la comunicación, que han contribuido para separar, atomizar el núcleo familiar, con una renuncia tácita a cumplir con su deber, dando la formación básica y fundamentada en valores a sus hijos.

En la gente del valle se observa una actitud de indiferencia, de impotencia y coraje guardado, ante las condiciones eternas del vivir de la nada, vivir para subsistir, sin esperar mayor futuro que el aventurar en la ilegalidad, sea con licencia para hacerlo, como es el caso de la incorporación a diferentes policías; sea de manera ilegal, a través del cruce de las fronteras con estados unidos llevando droga o seres humanos; la integración al crimen organizado y en el mejor de los casos, sumándose a las nuevas castas políticas que usufructúan con los dineros públicos, en espacios cada vez más invadidos por la clase económica, ante una crisis estructural que les ha llevado a entender que con el dinero público se pueden hacer negocios para llenar vacíos que un sistema económico no va a dar, ante la prioridad del sentido de la ganancia creciente y cada vez más concentrada en unos cuantos, haciéndonos recordar al viejo Marx cuando hablaba de lo peligroso que es el hecho de que el poder económico detentara también el poder político, porque ello agudizaría la injusticia de un sistema y ensancharía la brecha entre los pobres y ricos.

La realidad del país y del Estado de Sonora muestra los abismos en políticas de salarios, porque mientras que Diputados y funcionarios de gobierno ganan cientos de miles de pesos, los que verdaderamente trabajan viven con salarios que no alcanzan para el comer bien, vestir con honradez, costear gastos de educación y mucho menos pasear con la familia. Contradictoriamente somos el país que tiene al hombre más rico del mundo (Carlos Slim), con recursos naturales inmensos, evidenciando la causa fundamental de la pobreza: la mala distribución de la riqueza, sin dejar de agregar los daños causados por los gobiernos paternalistas y partidos políticos demagógicos, populistas y pragmáticos, cuyo fin único es el poder político y no el que madure la sociedad; por ello han fallado los proyectos como los ejidos agrícolas, unión de cañeros, ganaderos, cooperativistas pesqueros, entre muchos otros sectores que han terminado por cumplir con el principio cíclico de la historia, reciclando expropiación-usufructuo-venta-pauperización-latifundio-propiedad privada-expropiación, etc.

El valle guarda, en tal sentido, recuerdos de figuras locales como Pascual Ayón, Homobono Briseño, Emeterio Ochoa, Pancho Ochoa,Viviano Alatorre, Manuel Verduzco, Daniel Verduzco, Fortino Cázares, que desde sus ideas de la integración como comunidad rural, comparten glorias con Don Julio Soltero, Gonzalo Murrieta, Felipe Cabrera,Joel Pacheco, Felipe "el Pon" Gil, Gilberto Leyva, Chuy Leyva, Jorge Mendívil, Ramón Rivera y otros que promovieron el comercio,

la ganadería, agricultura, con iniciativas creadoras de empleos, a los que se sumarán hombres de la misma talla, con épocas diferentes, como fue el caso de Don Urbano Covarrubias, y Paquito Borbón que, en el comercio han dejado su huella imborrable, acompañados en algunos años por la familia Luzanilla y Miguel Angel Jiménez, honrados en su memoria por el trabajo persistente de Ernesto Cabrera, Contreras, la Viuda de Castro, el "Gordo", Kiko y Enrique Rentería, Paco Martínez y Doña Guille Soltero.


La enfermedad social de agrava y nuestro valle ha ido en detrimento, con desaparición de instituciones bancarias, crediticias, de servicios e incluso de estructuras sociales, deportivas y culturales, mostrando la gravedad de una sociedad que cada vez se preocupa menos por sí misma y se encierra en lo individual, para encontrar la nada, para vivir la nada.

También se recuerdan figuras campesinas regionales como las de Jacinto López y Bernabé Arana que levantaron las banderas del campesino, contribuyendo en la configuración del valle del yaqui y del crecimiento de su emblemática ciudad de Obregón, donde se asentaron familias como los Bours, Almada, Parada, Esquer, Obregón Tapia, Félix Serna, Urrea y tantas otras que orgullosamente aportaron para el desarrollo de una ciudad apacible, con los mejores trazos de urbanización en el noroeste del país, acorde con el sistema de irrigación que proyectó CARLOS CONANT.


Las figuras campesinas detentaron el poder en sus comunidades por décadas, con respaldo del boom del “oro blanco” que durante los sesentas, setentas y parte de los ochentas, provocaban la llegada de miles de trabajadores golondrinos, que activaban la economía en el valle en tiempos de pizca del algodón, donde tenían empleo los pequeños como vendedores de agua:”al llene por un peso”, sea rentando revistas, vendiendo huevos cocidos, burritos de machaca y paletas de hielo, que complementaban el trabajo de las abuelas y las mamás, quienes a las tres de la madrugada ofrecían la avena con pan casero y al mediodía tenían listo el sabroso cocido, pollo en mole, carne con nopales, albóndigas y otras tantas ricas comidas que disfrutaban gentes de los estados de Sinaloa, Guerrero, Nayarit y los famosos Oaxaquitas que se hacían acompañar por toda la familia, en un recorrido que continuaba hacia la costa de Hermosillo y el valle de Mexicali, donde se asentaban, aventurando muchos de ellos hacia los Estados Unidos y otros regresando al lugar de origen para esperar de nueva cuenta el reiniciar el vuelo en el Estado de Sinaloa e incluso en el Estado de Nayarit, con el trabajo en la caña y el tabaco.

Entrada la década de los noventa, la tecnificación de los procesos de siembra y cosecha de cultivos, incluyendo el algodón, junto a la multiplicada presencia de fibras derivadas del petróleo, modifica las condiciones económicas y con ello los agentes que condujeron los destinos de los sectores públicos y privados del agro, de manera tal que las posiciones políticas, incluyendo estructuras de producción y comercialización, van a ser demandados por los sectores económicos de la región.

El sistema económico que pasó del estatismo al liberalismo ha construido bases sociales suficientemente pobres, que se han obligado a reconstituirse, dejando para la historia la presencia de la madre en el hogar, que regulaba, moderaba, ejercía autoridad, respeto, amor y transmitía valores personales, familiares, comunitarios y sociales, preparando a los futuros ciudadanos para ser hombres y mujeres de bien. Hoy no las tenemos ya, ni en el valle, ni en la ciudad, gracias a sus conquistas sociales y políticas que han integrado a la mujer al sistema productivo y político, con nuevas experiencias y satisfacciones, por una parte, pero con desintegración de los núcleos familiares, por la otra, en un camino y consecuencias irremediables, a decir de Octavio Paz, en su "Tiempo Nublado".En tanto, el hombre moderno busca la tercera vía que conducirá al nuevo ser social hacia destinos mejores para alguien e impensables para muchos.





El verano agudiza males que normalmente se viv

en el resto del año, porque el sol es caliente, quemante

, agotador y no permite actividad normal, por lo que todas las familias buscamos la sombra del árbol y el refugio en nuestras casas auxiliados con abanicos, coolers, aires y todo lo que nos evite caer en nuestro deterioro físico, por lo que hasta después de las seis y media de la tarde asomamos hacia la calle y vamos a caminar un poco a los campos deportivos, en espera de reiniciar labores educativas otro día temprano, con las pertinencias del caso, en tanto jugamos lotería, platicamos o simp

lemente vemos como transcurren los días…días aciagos de 45 grados ó más, pero así es nuestro valle, nuestra tierra, nuestra patria chica y así la queremos.